Autoriza Cofepris el primer tratamiento para la esclerosis múltiple secundaria progresiva
Ciudad de México. Aunque actualmente no existe una cura para la esclerosis múltiple (EM), se ha logrado un avance significativo en el desarrollo de nuevos tratamientos que mejoren la calidad de vida de los pacientes con este padecimiento enfocados en retrasar la discapacidad provocada por la enfermedad, prevenir recaídas y controlar los síntomas de manera efectiva. Las investigaciones continúan para encontrar nuevas y mejores terapias modificadoras para esta enfermedad del sistema nervioso central, marcando positivamente la vida de los pacientes.
Recientemente (10/12/2021), la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) autorizó el uso en México de un nuevo tratamiento de Novartis: Siponimod, para la atención de la esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP) en adultos.
Siponimod es una terapia inmunomoduladora aprobada para el tratamiento de la esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP), que ayuda a retrasar la progresión de la discapacidad, disminuyendo la acción de las células inmunes que pueden causar daño a los nervios. De acuerdo con el estudio fase 3 realizado previo a su aprobación, este nuevo tratamiento puede retrasar hasta 4.3 años el uso de una silla de ruedas en los pacientes con EMSP.
Con esta nueva terapia, Novartis México fortalece su legado y portafolio en Esclerosis Múltiple para brindar una solución de tratamiento para los diferentes tipos de la enfermedad, lo que tendrá un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes, cuidadores y familiares. Actualmente, en México, Novartis ha puesto a disposición de la población dos tratamientos (Fingolimod y Siponimod) esperando en 2022 completar su portafolio con una tercera aprobación.
Al respecto, la Dra. Yuriria Valle, Directora Médica del área de Neurociencias en Novartis México comentó que “además del beneficio a la población, con estas nuevas aprobaciones buscamos brindarle un portafolio amplio de soluciones eficaces a los profesionales de la salud para el beneficio de los pacientes con esclerosis múltiple con signos prematuros de progresión de la enfermedad y con una alta tasa de recaídas. Ambos tratamientos demostraron una eficacia significativa con base en los estudios clínicos realizados previo a su lanzamiento”.
La EM remitente-recurrente (EMRR) afecta entre 85% y 90% de las personas diagnosticadas con Esclerosis Múltiple, pero entre 30 y 50% de las personas con EM remitente-recurrente pueden hacer la transición a la EM secundaria progresiva (EMSP) al cabo de unos 10 años del primer diagnóstico de EMRR.
La discapacidad causa un fuerte impacto en la vida de los pacientes y hasta un 90% de las personas diagnosticadas con EMRR avanzan hasta la forma secundaria progresiva (EMSP) al cabo de 25 años del diagnóstico. En esta etapa avanzada los brotes son menos frecuentes, pero la neurodegeneración persiste y aumenta sin ellos. Lamentablemente, es muy complicado predecir a qué velocidad avanzará la enfermedad, ya que las remisiones son mínimas; y los síntomas pueden empeorar incluso en períodos sin brotes.
La característica principal de la esclerosis múltiple secundaria progresiva es que los síntomas de la enfermedad empeoran en los períodos en los que no hay brotes. Es decir, la discapacidad avanza mayoritariamente en los brotes, pero también en los periodos de estabilidad. Y es que, la discapacidad que ocasiona la EM en los pacientes puede provocar alteraciones en la visión, entumecimiento y debilidad de las extremidades, lo que ocasiona problemas para caminar, rigidez muscular; además de problemas cognitivos, pérdida de visión parcial o completa en un ojo a la vez, así como fatiga, balbuceo, mareos y alteración del control de esfínteres.