Mujeres y personas no binarias quienes más ocultan su personalidad para encajar en su lugar de trabajo
En 2023, el 22.89% de las mujeres aceptó que oculta aspectos de su personalidad para encajar en su trabajo y aunque la cifra es menor a las personas no binarias (33.33%) es 10.12% mayor que la registrada por los hombres (12.77%). En comparación con el año anterior, el indicador se mantuvo constante, esto habla de que la construcción de espacios de trabajo psicológicamente seguros, donde la inclusión y la igualdad de género sean temas prioritarios sigue siendo un pendiente en México.
“Las mujeres y las personas no binarias reportaron niveles más altos de incomodidad al momento de mostrar vulnerabilidad en el trabajo, lo cual es esencial para la seguridad y para el pleno desarrollo profesional. Esto subraya la necesidad de un cambio organizativo centrado en la creación de una cultura incluyente que apoye a todos los empleados por igual, les permita expresarse y buscar ayuda sin temor a ser juzgados o sufrir repercusiones”, afirma Eric Jiménez, Gerente General Global de Fuckup Nights, movimiento global enfocado en crear experiencias que deconstruyan la percepción de fracaso.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora este 8 de marzo (8M), FuckUp Nights presentó su estudio con perspectiva de género Fracaso y género en espacios laborales 2022-2023, la única encuesta de diagnóstico organizacional que busca ser una hoja de ruta para las empresas que quieren entender el fracaso con un enfoque DEI&A (Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad), por ello también incluye un apartado de respuestas de las personas no binarias.
“Parece sencillo pero en realidad es complejo porque implica un cambio de paradigma donde, en primera instancia, transformemos nuestra percepción del fracaso, que es a menudo estigmatizado, para después aceptar que no es inmune a los prejuicios basados en el género. Por ejemplo, cuántas veces asociamos el fracaso con la vulnerabilidad, que a su vez se considera una debilidad y un rasgo que, lamentablemente, algunas personas asocian con las mujeres. Esto conduce a un doble estándar cuando ellas fracasan y, hay que decirlo, estos prejuicios son discriminatorios”, explica el Gerente General Global de Fuckup Nights.
Pedir ayuda ante el error, no siempre es una opción
La encuesta también arrojó que el 28.51% de las mujeres han dejado de proponer ideas por miedo a que las rechacen; además, 36.9% de las mujeres que comete un error busca resolverlo por su cuenta antes de pedir ayuda aunque esté por encima de sus competencias y capacidades. Por otra parte, cuando algo no está claro, el 40.48% de las mujeres intenta entenderlo de manera independiente, antes de preguntar a otra persona.
En 2022, la tendencia a resolver de forma independiente las cuestiones poco claras era ligeramente mayor entre los hombres (46.81%), con respecto a las mujeres (45.78%) y una diferencia más significativa en comparación a las personas no binarias (33.33%). En 2023, las cifras disminuyeron, tanto para las mujeres como para los hombres, lo que podría implicar un cambio gradual hacia un entorno de mayor apoyo, excepto en el caso de las personas no binarias, donde el porcentaje aumentó significativamente hasta el 50%, lo que muestra una mayor sensación de aislamiento.
Fuckup Nights preguntó a los integrantes de las organizaciones sobre la pertinencia de los mensajes correctivos y las opiniones para el avance de los proyectos. El 40% de los hombres afirmaron que evitan corregir a alguien o decir algo sobre lo que es posible mejorar para no herirlo. Esta cifra aumentó considerablemente con respecto al 2022, cuando sólo el 16% lo hacía.
“Dicha tendencia puede indicar que existe una mayor conciencia entre los hombres sobre el impacto de sus palabras, o quizás una mayor solidaridad con otros puntos de vista. Por otro lado, también es posible que esta diferencia refleja empatía y comprensión en torno a la importancia de la diversidad de género y la necesidad de apoyar activamente la inclusión en todos los niveles de la organización”, opina Jiménez.
El temor al fracaso afecta a todos, pero, para las mujeres, se ve a menudo exacerbado por estereotipos sociales arraigados, que las perciben como “más débiles”. La cultura empresarial, que, históricamente, ha castigado esta debilidad, necesita un cambio para reconocer que el fracaso no es malo, ni mucho menos está intrínsecamente vinculado a un género.
“La transformación de la narrativa del fracaso y la adopción de una perspectiva de género en las empresas no solo fomenta un entorno más incluyente, sino que impulsa la innovación, el crecimiento y el éxito compartido. Es hora de que las empresas prioricen la diversidad, la equidad y la inclusión como pilares fundamentales para su progreso”, concluye Gerente General Global de Fuckup Nights.