«No todo lo que se dice en la ciencia tiene un propósito consciente»: Danièle Moyal-Sharrock
Redacción/Xalapa. Danièle Moyal-Sharrock, profesora de la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido, y Presidenta fundadora de la British Wittgenstein Society, impartió la conferencia magistral “Taking the Wittgenstein Turn”, evento del presente año correspondiente a la Cátedra de Excelencia “Ludwig Wittgenstein” de la Universidad Veracruzana (UV).
En su ponencia, que fue moderada por Darcy Raúl Martínez Montor, académico de la Universidad Autónoma de Baja California, la investigadora recorrió las ideas propuestas por el filósofo austriaco y nacionalizado británico en su obra Observaciones sobre la filosofía de la psicología, escrita al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Para elaborar sus teorías, la ciencia no siempre está circunscrita a la conciencia, advirtió, como Wittgenstein lo hizo notar en sus observaciones sobre la filosofía de la psicología.
“En las investigaciones científicas se consigna todo tipo de cosas, hacemos muchas declaraciones que funcionan durante la investigación pero que realmente no terminamos de comprender, porque no todo lo que se dice tiene un propósito consciente, nuestra mente simplemente se deja llevar y se ciñe a patrones de pensamiento preestablecidos de forma automática, hacemos transiciones de un pensamiento a otro de acuerdo con las formas que hemos aprendido.”
Dijo que no existe investigación científica que no esté conformada por el lenguaje, por lo cual es posible adoptar el concepto de tiempo y espacio de la física, como también adoptar la aproximación de la memoria que plantea la neuropsicología.
En tal sentido, apuntó que la labor del filósofo consiste en investigar conceptualmente ambos enfoques y llamar la atención respecto a las confusiones y sus repercusiones para asegurar a los investigadores el uso de conceptos claros.
Esta labor es en un doble sentido, prosiguió, los avances científicos también impulsan el avance en la filosofía, como Wittgenstein lo planteó: “Ciertamente, las realidades que se descubren iluminan la tarea del filósofo imaginando posibilidades; mi mundo filosófico, sin duda, ha encontrado en el mundo empírico evidencias y ejemplos para reafirmar mi tarea”.
Moyal-Sharrock recalcó que la labor del filósofo sigue siendo conceptual, aunque está firmemente plantada en el devenir de la vida.
En tal sentido, dijo que la naturaleza de la filosofía es puesta a prueba ante la tendencia actual de cuestionar su utilidad, lo que a su vez es alimentado de la confusión, ampliamente difundida, que contrapone a la ciencia con la filosofía.
Los científicos Stephen Hawking y Leonard Mlodinow se han adherido a la noción que sostiene que los filósofos no se han actualizado al mismo ritmo de los avances en la ciencia y por ello la filosofía ha muerto, mientras que “los científicos se han convertido en los portadores de las antorchas guías en nuestra búsqueda por el conocimiento”, destacó.
Wittgenstein recalca que tal enfoque parte de un error inicial que es considerar a la filosofía como competidora en la búsqueda del conocimiento; por el contrario, el conocimiento es definido habitualmente por la filosofía como una creencia justificada, basada en evidencia, y por lo tanto no es el propósito de la filosofía, que tiene el rol de allanar el camino conceptual en la búsqueda de evidencia.
La regla de la filosofía no es proveer nueva evidencia, precisó la ponente, sino ubicarnos dentro del camino del conocimiento; citando al filósofo, observó que uno puede dar el nombre de filosofía también a lo que es posible realizar antes de lograr los nuevos descubrimientos e invenciones en la ciencia.
Moyal-Sharrock recordó que, de acuerdo con Wittgenstein, estar consciente significa, además, estar atento, “pero esto no ocurre solamente en el cerebro, por supuesto que ocurre debido a ciertos sucesos en el cerebro, sin los cuales el ser humano no podría aplicar su capacidad de conciencia y de volverse atento respecto a algo”.