Nican Mopohua, el origen de la Virgen de Guadalupe
Ciudad de México. Miguel Leon Portilla menciona: “Existe un espejo, con frecuencia olvidado, en el que reflejan aconteceres innumerables en la vida del México novohispano”. Uno de esos espejos es el relato en el que se menciona la aparición de la Virgen a San Diego, en el cerro del Tepeyac.
Y a todo esto, ¿qué quiere decir ‘nican mopohua’? A falta de imaginación para un título, se tomó la primera línea del texto: en español quiere decir: ‘aquí se cuenta’. Escrito originalmente en náhuatl, resulta controversial debido a que demuestra conocimiento de los tecpitlahtolli (lenguaje noble). Tanto en las figuras retóricas, como en el ritmo, se percibe la influencia del legado de los antiguos mexicanos.
Esto tiene una explicación, existen varias teorías sobre su origen: Carlos de Singüeza y Góngora atribuye el relato a Alva Ixtilxóchitl; Edmundo O’ Gorman y León Portilla a Antonio Valeriano en 1556. Los dos autores a los que se les atribuye, eran estudiosos de los textos del antiguo pasado indígena. De ahí que la calidad de su relato conserve los modelos de la estética de los antiguos textos.
Este texto es fruto del mestizaje, son perceptibles los recursos del pasado indígena en la forma y los legados de la religión cristiana en el fondo. Uno de los textos que forman parte de un inmenso legado cultural e histórico que, irónicamente, conserva su original en Nueva York.
Fuera de la carga religiosa que este contiene, permite un acercamiento al pasado novohispano y a uno de los relatos que mejor han configurado la religiosidad en el país. Es el origen de la gran diversidad de rituales religiosos que se celebran en la Basílica de Guadalupe.