Modo de vida actual destruye cada espacio del mundo: Raúl Rodríguez
Redacción/El Demócrata. En nuestros días se hace evidente que vivimos a una escala no humana, regida por el consumo global que está destruyendo al mundo, expuso Raúl Rodríguez Freire, doctor en Literatura y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en Chile, al participar en la Cátedra de Excelencia “José Martí” de la Universidad Veracruzana (UV).
El académico impartió la conferencia de clausura titulada “Las escalas de lo humano: pensar la infraestructura del Antropoceno”, en la que detalló: “La inflación que afecta a gran parte de los países pareciera estar gatillada por la crisis de los contenedores, vivimos en un mundo hiperconectado a escala no humana, logísticamente diseñado para sostener el consumo global, anclado en un modo de vida que, con tal de responder a las necesidades materiales más banales de los consumidores, está destruyendo cada espacio de este mundo”.
Rodríguez Freire dijo que bajo esta escala planetaria, la responsabilidad individual en la destrucción del mundo pareciera no percibirse pero, como señala Timothy Clark, “el impacto acumulativo de la insignificancia de cada uno es peor y, si se pusiera atención, se podría comprender preguntándose sobre la materialidad de los aparatos como las computadoras a través de las cuales nos conectamos”.
La humanidad misma ha llegado a una escala no humana, advirtió, y los medios o dispositivos lo testifican; lo que conceptuamos como “lo humano ha devenido una fuerza geológica articulada al subsuelo y lo ha transformado en una infraestructura del capital”.
En el mismo sentido, agregó que la humanidad es una agencia sin sujeto, un “hiperobjeto” al decir de Timothy Morton, lo que “nos obliga a enfrentar algo que afecta a nuestras ideas básicas sobre qué significa existir, qué es la tierra y qué es la sociedad”.
Dijo que el Antropoceno ha cobrado fuerza a partir del capital fósil en el siglo XIX, y la extracción de los materiales con los que se construyen los componentes electrónicos de nuestros teléfonos celulares se sigue realizando en África bajo condiciones de esclavitud y trabajo infantil.
Esto también es evidencia de una división internacional del trabajo radicalmente desigual “que inscribe nuevas formas de colonialismo”.
Respecto al rol actual de la pandemia en dicho escenario, recalcó que, “por ejemplo, la velocidad de propagación de la peste negra, de la que Bocaccio fue un narrador, no se compara con la propagación del coronavirus, que a la fecha ha recibido respuestas meramente nacionales y por ello ineficaces; de manera que debemos dirigirnos a la estética para enfrentar este problema, pues el arte es uno de los lugares donde aparece con fuerza y creatividad, entre ellos Tatsuya Tanaka, quien invierte las escalas para poner en escena escalas ampliadas, representadas por pequeños objetos cotidianos y sus montajes fotográficos muestran el vínculo de la escala personal o familiar con la globalidad del capital”.
Posterior a la conferencia se efectuó la ceremonia de clausura de la cátedra, en la que su coordinador, Rodrigo García de la Sienra, agradeció a los participantes y asistentes virtuales por sus ponencias y comentarios, asimismo esperó que la próxima edición de la misma pueda efectuarse de forma presencial.
